Podemos definir el arte pastoril como el arte plástico popular-tradicional que realizaban los pastores sobre los utensilios o herramientas que fabricaban para ser usados. Supone la continuación del que realizara el hombre de las cavernas. Los pastores, que en su gran mayoría no habían ido a la escuela y eran analfabetos, realizaban una habilidad que aprendían o veían de sus mayores.

El Campo de Ciudad Rodrigo es una zona eminentemente ganadera donde prevalecía el sistema de pastoreo; nos encontramos en una de las regiones más ricas en arte pastoril. Su variedad es tremenda, desde el sello de pan —un pequeño utensilio de madera, que servía para poner la marca personal del panadero o del propietario en el pan amasado antes de cocer— pasando por recipientes de cuerno o colodras y liaras; u obsequios que fabricaban los pastores para regalarlos generalmente a las novias, como ruecas de hilar, cajitas y cascapiñones o cascanueces.

Utensilios de piel como zurrones, mochilas y carteras para llevar sus enseres y comida al campo mientras cuidan del ganado. Hondas para que los vaqueros, boyeros, novilleros y cabestreros le tiraran piedras al ganado vacuno que se escapaba o desobedecía. Zahones para cubrir las piernas de los pastores o cabreros que caminaban por el monte bajo, o de los jinetes y vaqueros que montaban a caballo. Hasta cartapelas de Ruecas para cubrir el rocal de la rueca.