La primitiva capilla mayor, que amenazaba ruina, fue sustituida en el s. XVI por la actual, para la que dio nueva traza en 1540 Rodrigo Gil de Hontañón.

La obra de fábrica quedó rematada nueve años más tarde, habiendo actuado como aparejador Pedro de la Puente.

La capilla, que se ideó con su correspondiente girola, presenta un tramo presbiterial de planta cuadrada y cabecera semicircular, cubiertos con bóvedas de crucería estrellada con nervios que apean en semicolumnas monumentales.

En el exterior destacan sus contrafuertes, el escudo del cardenal Tavera (uno de sus principales mecenas) en la parte alta del tramo central y la crestería renacentista, restaurada en 2002 siguiendo el Plan Director de la Catedral.

Esta capilla estuvo presidida por el destacable retablo pintado entre 1480 y 1488 por Fernando Gallego y algunos de sus colaboradores, y que en la actualidad, después de un azaroso periplo, prestigian el Museo de la Universidad norteamericana de Arizona, en Tucson.

Hoy aquí lucen una imagen de La Asunción, obra probable de Juan Pascual de Mena, labrada hacia 1781 para el retablo mayor de la iglesia del monasterio de La Caridad; las tallas de San Pedro y San Pablo, quizás del mismo autor, y varios cuadros barrocos anónimos.

volver