Generosa en nombres, la Sierra de Candelario, de Béjar, de la Solana o del macizo occidental de Gredos es la avanzadilla de los gigantes del Sistema Central hacia las más modestas cumbres de las sierras de Francia y de Gata.

La de Béjar es una tierra con muchos caminos, un paso natural que debió utilizarse ya en la prehistoria y que aprovecharon las distintas vías de comunicación, desde la calzada hasta la autovía, pasando por la vía férrea. Es el llamado Corredor de Béjar.

La Vía de la Plata y las Cañadas Reales

Hay en torno a estas rutas notable confusión, y ello no es más que un reflejo de la diversidad de caminos que aprovechan el Corredor de Béjar. La Calzada Romana de la Plata unía Emerita Augusta, la actual Mérida, con Asturica Augusta, la actual Astorga (León) formando, según el Itinerario de Antonino, el llamado Iter ab Emerita Caesaraugustam. Otro tramo unía Mérida con Hispalis, la actual Sevilla, capital de la Bética: el Iter ab Ostio fluminis Anae Emeritam usque. El nombre de la Plata se conserva desde la ocupación árabe, con el significado de vía enlosada. Conviene no confundir la Vía de la Plata con la Ruta de la Plata, denominación de la carretera N-630 —hoy en trance de conversión en autovía— que no coincide más que en algunos tramos con la calzada romana.

La Cañada Real de la Vizana o de la Plata se separa de la calzada romana para salvar estos puertos y pasar por Montemayor del Río hacia Aldeacipreste. En la actualidad esta cañada y la Vía de la Plata forman parte del Sendero de Gran Recorrido GR-100. El sendero GR-10, de Valencia a Lisboa, discurre también por la comarca.

La Cañada Real Soriana Occidental se separa de la Vizana al norte de Valdefuentes de Sangusín para dirigirse hacia la cabecera del río Duero.

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