LA PUERTA DEL REY

Se hallaba frente a la catedral, en el lugar donde se encuentra el monumento a Julián Sánchez, El Charro, obra de José Luis Núñez Solé. Esta parte de la muralla es conocida como la Brecha, por haberse abierto en ese lugar y entrado por ella el enemigo, tanto en la guerra de la Independencia como, un siglo antes, en la de Sucesión. Su torre se mantuvo hasta su destrucción en la Guerra de la Independencia. En la actualidad está tapiada.

PUERTA DE SANTA CRUZ

Parece que data del s. XVI. En su origen, fue un postigo estrecho nombrado de San Vicente, por la cercanía a esa parroquia ya desaparecida. Posteriormente se ensanchó para facilitar el tránsito de carretas. En el s. SVII se conocía con el nombre de Santa Cruz por conducir al convento de agustinas, con esa advocación. Una vez instalado junto a ella, en 1711, el convento de monjas de Sancti Spiritus, tomó ese nombre. Es de construcción sencilla, con bóveda de medio cañón de ladrillo.

PUERTA DE LA COLADA

Abierta al suroeste, se la denominaba entre los siglos XIV y XVI puerta de Águeda. A mediados del XVI aparece ya como Puerta de la Colada, nombre que arraigó a partir del s. XVII, y así se la conoce en nuestros días. Sánchez Cabañas, historiador local de ese siglo, explica que tomó ese nombre, por el arroyo de la Colada, al que afluían todas las aguas de la ciudad, que colaban por esta puerta. Las úlitimas restauraciones se efectuaron en 1992 y en 1997.

PUERTA DEL ALCÁZAR

Fue abierta en 1507 por Antonio del Águila, Alcaide del Alcázar, cuando construyó la barrera. Frente al río hay un sector de la muralla, contiguo al Castillo, conocido como la Batería por los cañones que allí estuvieron instalados. Es uno de los miradores más atractivos de la ciudad, desde donde se pueden contemplar el valle del río Águeda, las cumbres de la Sierra de Gata y las tierras portuguesas, con la Serra da Estrela a lo lejos.

PUERTA DE SANTIAGO

Se abre al sur de la ciudad y en el s.XIV se conocía como puerta de los Judíos, por hallarse al lado de la Sinagoga. El nombre de Santiago lo recibe por la existencia de una antigua parroquia, extramuros, con la misma advocación. La acertada intervenc ión en 2002 descubrió antiguos fosos y barbacanas, que han quedado dibujados en el suelo de su pavimento, y se ha dejado al descubierto uno de los fosos que la protegía.

POSTIGO DE SAN PELAYO

Se encontraba en la confluencia de la Calduebla y campo de Carniceros -actual Domínguez Bordona- y era un postigo pequeño y oscuro al final de una estrecha calleja, que pasó a propiedad particular en el s.XVIII. Debía su nombre a una iglesia cercana dedicada a ese santo, donde luego se construiría el convento de mnojas de Sancti Spiritus, extramuros, por lo que también se conoció con este nombre. Estuvo cerrado durante mucho tiempo debido a su peligrosidad y mala fama. Se reedificó en 1601 pero acabó cegándose definitivamente

PUERTA DEL SOL

Debe su nombre a la orientación en que se encuentra, totalmente al Levante de la ciudad. Es una de las puertas que tuvo torre en su origen. Se redificaron sus bóvedas a comienzos del XVIII y después de permanecer cerrada durante algún tiempo se abrió definitivamente en el s.XIX. Su última restauración data de 1970

PUERTA DEL CONDE

Se abre al norte y su nombre lo toma en recuerdo del conde Rodrigo, que dio nombre a la ciudad. En su origen se levantaba aquí una de las torres de la muralla. Sobre la clave del arco interior se abre una hornacina que cobija una Virgen con el el Niño, de tiología románica. En el exterior, estuvieron en el s.XVII la alhóndiga y el peso de la harina. En los últimos años ha estado sujeta a diversas remodelaciones en su entorno.

PUERTA DE AMAYUELAS

En su oríguen fue un pequeño postigo que por su cercanía a la catedral se denominó de Santa María, al menos desde el s.XIV. En 1563 se amplió convirtiéndose en la Puerta Nueva y a mediados del s.XX se abrió junto a ella un arco capaz de facilitar la circulación de estos tiempos. Hoy se conoce como Puerta de Amayuelas porque a su lado se levantaba el palacio de los condes de ese título.

Estas puertas se cerraban todas las noches, en invierno a las nueve y en verano a las diez, de modo que en esas horas nadie podía entrar ni salir de la ciudad.

Cerca de cada puerta existía un cuerpo de guardia, para albergar a los que se turnaban en la vigilancia de cada noche, tenían además un cuarto para el oficial y una o dos chimeneas.

Los cuerpos de guardia que funcionaban desde 1710 estuvieron al lado de las puertas de la Colada, del Conde, de Santiago, del Sol, del Alcázar, y de la tapiada del Rey, en la que todavía existía el torreón.

El cuerpo de guardia principal ocupaba parte de lo que conocemos actualmente como Audiencia en la Plaza Mayor.

Además, durante la Guerra de la Independencia, el general Herrasti mandó construir en la falsabraga cinco grandes cuerpos de guardia.

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