Si bien al exterior sólo se rasga un hueco por tramo, al interior forman grupos de tres, siendo los laterales más pequeños y ciegos.

Tanto al exterior como al interior las ventanas de las naves están formadas por arcos apuntados cobijados por otro polilobulado que apoyan en lisas columnas con capiteles florales, sus roscas lucen una cuidada decoración geométrica y vegetal.

Además, en febrero de 2006 se ha podido recuperar el llamado Postigo del Alba. Situado en el tercer tramo de la nave meridional, comenzando desde la cabecera, este acceso forma parte de la primera campaña constructiva.

Por su parte, la nave central se ilumina mediante grandes ventanales con tracerías góticas, realizadas ya en el s. XIV.

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