Adentrándonos en esta sierra encontramos multitud de pueblos de una singular belleza.

San Martín de Trevejo – Sãi Martín de Trebelhu es uno de los conjuntos mejor conservados de la Sierra de Gata. Sus calles muestran abundantes casas de estilo popular y algunas de origen noble, como atestiguan los escudos. Además de este conjunto rural, declarado Bien de Interés Cultural, la villa guarda algunos vestigios de época prerromana, como una estela de la Edad del Bronce, con armas grabadas sobre granito.

Hoyos fue residencia de verano para los obispos de Coria y los nobles de Cáceres. Entre todo el conjunto sobresale la parroquia de Ntra. Sra. del Buen Varón, con una portada de estilo románico tardío, del s. XIII; un gran coro renacentista y la Virgen del Buen Varón, imagen sedente datada en la primera mitad del s. XIII.

Gata alberga un conjunto declarado Monumento de Interés Cultural. Se extiende por la cara sur del pico de La Jañona, junto a una calzada que sube, perfectamente empedrada, a la ermita de San Blas y al puerto de Castilla, en el límite con Peñaparda, ya en la comarca de Ciudad Rodrigo.

El vino de Descargamaría ya fue alabado por Cervantes en El licenciado Vidriera. La villa se dispone cerca del río, con la iglesia de San Juan el Hospitalario en la parte baja. El templo es de una sola nave, levantada entre finales del s. XV y principios del XVI, y encierra un valioso retablo, obra de Lucas Mitata y Juan de la Fuente, de finales del s. XVI.

Robledillo de Gata es uno de los tesoros más remotos y acogedores de toda la comarca, declarado Bien de Interés Cultural. Sus casas se disponen a veces en lugares insólitos, mostrando las fachadas de pizarra, adobe y varaseto, una curiosa urdimbre con varas de castaño y roble revocadas con barro y paja. La iglesia parroquial data de finales del s. XV y principios del XVI, y conserva, entre otras obras de arte religioso, un magnífico Cristo atribuido a la escuela de Gregorio Fernández.

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