Con una extensión de 50.040 hectáreas, este espacio natural es un entorno peculiar por las características del medio natural y de la población que las habita.
El robledal autóctono de roble rebollo o melojo se ha conservado en extensos montes, gracias al abandono de tierras de cultivo y a un modelo adehesado donde se equilibran la conservación de la biodiversidad y los aprovechamientos ganaderos y forestales.
También son importantes las repoblaciones de coníferas, generalmente de dos especies, el pino resinero y el pino albar. Los encinares y los bosques de ribera o galería enriquecen cursos fluviales como el Águeda, el Agadón o el Mayas.
El espacio natural comprende tierras de las comarcas de El Rebollar, Campo de Agadones y Presierra de Gata. Sus gentes han sabido perpetuar toda una cultura tradicional, con rasgos muy personales que la distinguen de sus comarcas vecinas.