En el s. XVIII destacó el estuquista Ramón Pasqual Díez, Racionero de la Catedral, que además publicó un tratado titulado: Arte de hacer el estuco o de imitar los jaspes a poca costa y con la mayor propiedad (1785).

Entre los pintores y escultores destacamos a:

Víctor Guitián Torrens (Ciudad Rodrigo, 1881–Tordesillas, 1925). Realizó sus estudios de dibujo en la escuela del Seminario San Cayetano. A los catorce años obtuvo la medalla de oro y una beca para ingresar y realizar estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en un concurso de la Diputación Provincial de Salamanca. En Ciudad Rodrigo, fue profesor de la Escuela de Artes y Oficios, donde inició en la pintura al artista mirobrigense más sobresaliente y universal, Celso Lagar. Su obra, poco conocida, se encuentra dispersa en algunas colecciones particulares.

Celso Lagar Arroyo (Ciudad Rodrigo, 1891–Sevilla, 1966). Perteneció a la Escuela de París, donde fue compañero y amigo de los grandes genios, como Modigliani y Picasso. Tuvo una atormentada vida de privaciones y miseria, pero a su muerte fue reconocida su obra. Hoy sus cuadros gozan de gran prestigio y figuran en las más importantes colecciones y museos.

Otros pinceles dignos de ser destacados, desde finales del s. XIX hasta mediados del XX, son Ricardo Mateos; Iván (o Juan) de Nogales; Enrique García Medina (1884–1963) y A. Santos Munsuri.

Ya en tiempos actuales, completamos esta breve reseña con los artistas mirobrigenses más relevantes, los pintores: Carlos García Medina (nieto del citado Enrique García Medina), Lázaro Hernández, José Antonio del Castillo, Arturo Miñana, Ramón Sánchez Tello; los de la localidad de Espeja: Jerónimo Prieto y Antonio Vicente; el guinaldés Andrés Sánchez; Jesús Coito de Castillejo Martín Viejo; Martín Simón de Navasfrías, y los escultores José Martínez; Encarnación Hernández de Navasfrías y Eleuterio Sánchez Teyo de Martín de Yeltes.