En los siglos XV y XVI, época dorada de Ciudad Rodrigo, destacaron como autores de libros de caballería algunos escritores locales, como Francisco Vázquez, junto con Catalina Arias —autora del Palmerín de Oliva y del Primaleón— y sobre todo Feliciano de Silva, autor del Amadis de Grecia, La segunda Celestina, Lisuarte de Grecia, Rigel de Grecia y Florisel de Niquea, causantes de la locura de don Quijote de la Mancha. Cabe citar, a su vez, escritores de temas bélicos como Diego Núñez de Alva y Francisco de Guzmán.

Cristóbal de Castillejo. Importante poeta del Renacimiento, máximo defensor de las formas métricas tradicionales españolas, frente a las nuevas métricas italianas que imponía la moda. Son obras suyas Sermón de amores (1542); La fiesta de las chamarras (1537); Diálogo que habla de las condiciones de las mujeres (1540); Diálogo y discurso de la vida de la corte y Farsa Costanza.

Fray Francisco Soto y Marne. Fraile del s. XVIII, lector de teología en el Convento de San Francisco de nuestra ciudad. Vínole la fama por las polémicas entabladas contra las obras de relevantes escritores. Escribió, entre otros, Reflexiones crítico apologéticas, contra el Teatro crítico del Padre Feijoo, que a su vez le contestó con Justa repulsa a inicuas acusaciones. Florilegio sacro, que consistía en treinta y dos sermones predicados en Ciudad Rodrigo, provocó la publicación de la obra del Padre Isla Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes.

Fray Diego Tadeo González Delio (1732–1794). Fraile agustino, escribió las siguientes obras poéticas: Llanto de Delio y profecía del Manzanares, El murciélago alevoso, Oda de las nobles artes, Las edades.

Manuel Lozano Ramajo (†1831). En algunos lugares figura como Juan o Miguel y también apellidado Pérez. Sacerdote enciclopedista que Menéndez Pelayo en Los Heterodoxos Españoles califica como clérigo zumbón. Escribió en los inicios del s. XIX un curioso libro titulado: Apología de los asnos y elogio del rebuzno, compuesto por un Asnólogo aprendiz de poeta.

Lorenzo Cid Bravo, El Cura Cid (1841–1891). Cura poeta que publicó algunas obras, de las que sólo conservamos un singular y divertidísimo tratado en verso sobre ventosidades, titulado: La chiflanópolis de Ciudad Rodrigo ó ventosa mirobrigense. Ciencia nueva para necios y expertos, capaz de hacer reír a vivos y muertos.

Más curas poetas fueron Saturnino Galache: Charras (1915); Matías García Azabeño (San Felices de los Gallegos, 1873—Fuenteguinaldo, 1954): El País Charro (1928), Mi Salamanca (1934); Joaquín Román: Doña María Adán, poema breve (1916) y Mirobriga eterna (1926); y Serafín Tella. Otro poeta, aunque seglar, de mediados del s. XX, fue Alejo Hernández Estévez.

Literatura del XX al XXI:

Jesús Tomé Ramos, el Padre Tomé. Poeta nacido en Ciudad Rodrigo en 1929 y actualmente reside en Puerto Rico. Sus obras han sido objeto de importantes galardones. Destacamos: Mientras amanece Dios (1955); Hijo de esta tierra (1958); Senda del hombre (1959); Traigo esta tristeza (1960); Poemas para un exilio (1976); La ciudad (1978); Veinte poemas desesperados y una canción de amor (1981).

Otros poetas modernos son Santiago Corchete, Antonio Sánchez Zamarreño, de Villar de la Yegua, el albercano José Luis Puerto, Ricardo Bravo, Celia Hidalgo, José Antonio Martín Sánchez, Tomás Acosta y Manuel Belda.

En otros géneros, en la primera mitad del s. XX, destacamos a José Manuel Sánchez-Arjona y de Velasco, El Buen Alcalde (teatro); Modesto Pérez Hernández, y José Díaz Fernández de Aldea del Obispo.

Actualmente, Enrique Guerreira, natural de Aldea del Obispo, ha cultivado el cuento y la poesía: Coplillas a Ciudad Rodrigo. Su principal producción es la novela: Treinta trozos de nada (finalista del Premio Nadal, 1969); El continuo ir y venir de las hormigas (finalista Premio Planeta, 1989); El inventor de sueños; El Autobús.

Fernando Arrabal. Aunque nació en Melilla en 1932, se considera mirobrigense, al haber pasado parte de su infancia en Ciudad Rodrigo, donde aprende a leer y a escribir. Importante novelista y autor teatral, es el dramaturgo español vivo más representado en el mundo. Algunas de sus obras son: Baal Babilonia (1959); El entierro de la sardina; Arrabal celebrando la ceremonia de la confusión; La torre herida por el rayo (Premio Nadal, 1982); Pic-nic; El triciclo; El Laberinto; El cementerio de automóviles; El arquitecto y el emperador de Asiria; La piedra de la locura.

Alejandro Gándara. Santanderino nacido en 1957, vivió casi toda su infancia y su juventud en Ciudad Rodrigo, ciudad que quedó marcada en su obra literaria. Es otro novelista relevante en la actualidad. Algunas de sus obras son: La media distancia (1984); Punto de fuga (1986); La sombra del arquero (1990); El final del cielo (1990); Ciegas esperanzas (Premio Nadal, 1992).

Otros escritores contemporáneos son José Ignacio Martín Benito, Mario Gastañaga y los hermanos Santiago y Juan Carlos Zamarreño.