Viajamos hacia las tierras altas de los lusitanos, a los Montes Herminios, donde se refugiaron estos guerreros indígenas para hacer frente a la invasión romana. Es una sierra suave en sus cumbres y abrupta en los valles, donde nacen ríos importantes del centro de Portugal. El río Mondego desemboca en el Atlántico por Figueira da Foz, tras pasar por Coimbra, y el Zêzere afluye al Tajo en la localidad de Constânça.

  • Guarda  es la capital más cercana a Ciudad Rodrigo y la ciudad más alta de Portugal. Desde su nombre vigilante, Guarda es esa ciudad desconocida, guardián de la Sierra de la Estrella y de las fronteras que se divisan desde estas alturas. En 1199 Sancho I la repobló y le concedió fueros. Perduran el torreón del castillo y algunos restos de la muralla, con tres puertas de las cinco que franqueaban la cerca: la de la Estrela, la d’El Rei y la de los Ferreiros. La torre del homenaje ocupa la cumbre de esta montaña de faldas anchas, a la que se encarama buena parte de la ciudad.
    La Catedral o de Guarda es edificio sólido y sin alardes de grandeza. Su construcción se inició a finales del s. XIV, pero no concluyó hasta el primer tercio del s. XVI. En el interior de la catedral destaca el retablo renacentista de João de Ruão, de la escuela de Coimbra. En el exterior sobresalen las portadas y la propia situación del templo, abierto a la Praça Velha, presidida por la estatua del fundador de la ciudad, Sancho I de Portugal. Guarda posee templos barrocos como las iglesias de la Misericordia y de San Vicente, con excelentes azulejos sobre la vida de Cristo. Las calles de la ciudad nos irán descubriendo palacios, puertas y lienzos de murallas; un barrio judío y otras áreas que se abren en plazas y en avenidas.

 

  •  El Parque Natural Serra da Estrela fue declarado en 1976 y abarca más de 100.000 hectáreas del corazón de esta sierra, que marca las cumbres más occidentales del Sistema Central, con permiso de la Serra do Açor, que se levanta al noroeste de la Estrela. Las cumbres rozan los 2.000 m de altitud, en un ambiente alpino que supone el área más alta de Portugal continental. Sobre el granito se distinguen formas caprichosas que componen algo así como una mitología de piedra.

 

  • De Guarda a Marialva es una zona de megalitos, castillos y castaños. Al igual que la provincia de Salamanca, los distritos de Guarda y de Viseu son tierras de muchos rumbos, desde hace miles de años. Esta ruta nos enseña caminos antiguos, árboles y castillos casi contemporáneos y toda una pléyade de monumentos funerarios de la cultura megalítica.

 

  • En la villa medieval de Marialva el silencio se entretiene por las calles desoladas, y parece que nos trae murmullos de antiguos ajetreos. La ciudad permanece desde tiempos prerromanos y fue la Civitas Aravorum del Imperio.Fernando el Magno la reconquistó en el año 1063. El rey Alfonso Henríquez, fundador de Portugal, otorgó fueros a esta villa y sus murallas y castillo fueron reconstruidos en los albores del s. XIII, bajo el reinado del rey Sancho I, y ampliados bajo el de don Dionisio.Las defensas se extienden por un perímetro amplio, con grandes vistas sobre la región circundante.

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